En un avance tecnológico que ha revolucionado la industria de los teléfonos móviles, las baterías de silicio-carbono se han posicionado como la última tendencia en el mercado. Con beneficios tales como mayor autonomía, carga más rápida y una mayor resistencia al calor y la degradación, su implementación ha sido bien recibida por los consumidores que buscan dispositivos más eficientes y duraderos.
Sin embargo, a pesar de estos avances significativos en el ámbito de la telefonía móvil, surge la pregunta: ¿por qué estas baterías de silicio-carbono aún no han llegado a los coches
