Stellantis y Renault unen fuerzas para enfrentar los desafíos que la industria automotriz está experimentando en Europa, solicitando nuevas normativas que favorezcan la rentabilidad de los coches pequeños. La pandemia de la COVID-19 ha impactado en la economía de manera significativa, generando un aumento en los costos de producción y distribución, lo cual ha repercutido en el encarecimiento de los vehículos. Ante esta situación, las marcas se han visto obligadas a elevar los precios, lo que ha afectado la rentabilidad de los segmentos inferiores, particularmente sensibles a estos cambios.
En una entrevista conjunta,